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Cuando
un jugador recibe una mano y mira sus cartas de mano, una decisión debe hacerse sobre si jugar o no esa mano en particular. La posición,
pilas de fichas, imagen de la mesa, cantidad de las ciegas, y otros elementos son considerados y clasificados mentalmente para llegar
(al menos eso se espera) a una conclusión satisfactoria. Cuando las fichas son colocadas, el jugador hace una muestra para que todos
puedan ver, y temporalmente cede la cantidad en riesgo, esperando ganar algo positivo de ese riesgo (usualmente para conseguir el pozo,
pero a veces solamente para ganar información o hacerle llegar un mensaje específico a sus oponentes.
Pero entrar al pozo es solamente eso, y las decisiones difíciles están justo a la vuelta de la esquina. A veces, el mazo será amable y
convertirá tu mano mediocre en una fuerte, pero más a menudo, estarás frente a un Flop que podría haber sido mejor. Mientras tu oponente
apuesta contra ti y tú contemplas la reacción más apropiada, re das cuenta de que la mano está perdida, no necesariamente porque tengas
la peor mano sino simplemente porque no tenías idea sobre qué hacer, así que haces descartas tu mano.
Situaciones como esta aparecen tan a menudo en Texas Hold ‘em que no es sorprendente que muchos jugadores se sientan inseguros después
de ser empujados e intimidados por sus oponentes superiores Fallar al prepararse para los inevitables “Flops en blanco” es una manera de
reducir tus expectativas generales e incrementar tu dependencia en cartas de buena suerte... un mal trato por donde lo veas. Sin
embargo, hay maneras de mejorar tu manera de leer diferentes situaciones, dándote la chance de pelear con tus habilidades en lugar de
con tus cartas.
Prepararse para una gran gama de escenarios al entrar a un pozo es de gran importancia para jugadores que quieren ganar una ventaja
estadística sobre sus oponentes. Para aquellos que están realmente preocupados por mejorar su juego, deducir qué tipo de manos tiene un
oponente es el primer paso para jugar poker inspiradamente. Si no tienes un estimado de lo que tiene tu oponente, estás simplemente
basándote en las cartas para dar tu mejor mano, así que intentemos un proceso simple que le permitirá a muchos jugadores incrementar sus
posibilidades.
Paso 1: Deducir las manos de tu oponente
Necesitas tener una idea general de las cartas posibles de tu oponente. ¿Igualaría el aumento de un pre-flop con palos bajos conectados
o con pares? ¿Es posible que tu oponente igualara calladamente con un monstruo? Si puedes pensar en la mayor cantidad de manos
posibles y deducir que tu oponente tiene “un par mediana o un As fuerte”, entonces te darás a ti mismo una gran ventaja en lo que se
refiere a actuar y reaccionar en el flop y calles posteriores.
Recuerda que tu meta es incrementar tu ventaja. Indudablemente habrá momentos en que estés completamente equivocado (lo que está bien).
Debemos estar dispuestos a equivocarnos para mejorar. Incluso si puedes adivinar lo que tienen tus oponentes el 20% del tiempo, eso es
mucho mejor que no tener idea en cada mano que juegas. Puede que notes que tus habilidades para “leer” mejoran mucho después de un poco
de práctica.
Paso 2: Prepárate para diferentes escenarios y flops
Tienes un 99, piensa en cómo vas a reaccionar cuando el flop venga con dos cartas sin darte un grupo. Si tienes AK/AQ, etc, piensa por
adelantado cómo te sientes sobre un flop de cartas bajas, y prepárate para actuar de acuerdo a eso (usando la información descrita en el
paso 1 para ayudarte).
Si no estás listo o lista para situaciones difíciles, no podrás competir cuando las cartas no están cooperando. No hay nada malo con
estar en un momento desafiante... deberías intentar enfrentar momentos de duda y convertirlos en oportunidades. Los jugadores que
religiosamente evitan la adversidad en las mesas de poker son fácilmente “alentados” por sus oponentes.
Paso 3: Recolecta y utiliza información
Aquí es cuando todo comienza a funcionar. Tu oponente da información cada vez que apuesta, iguala, aumenta o elige no ir. Si has estado
prestando atención a tu mesa, deberías tener una idea general de la tendencia a la selección de mano inicial de los jugadores. Combina
toda la información recibida (incluyendo la acción pre y post flop) para llegar a una conclusión razonable.
Paso 4: Estar dispuesto/a a adaptarse
¿Te pusiste frente a tu oponente con un proyecto de color después del flop? Si lo hiciste, ¿cómo está reaccionando a la carta en banco
que vino en el río? ¿Las acciones de tu oponente se corresponden con las de un jugador que tiene una mano arruinada? ¿Es posible que
tenga una mano diferente que tenga que ver más lógicamente con la acción de después del flop?
Nada está grabado en piedra. Aunque no deberías descartar tu lectura inicial con frivolidad, tampoco deberías enamorarte de ella
exactamente tampoco. Hay momentos en que es obvio que no estabas en lo correcto (pero también hay momentos en que la intención de tu
oponente es llevarte a una conclusión obvia que es incorrecta). Trabaja con lo que tienes y adáptate a los cambios en la dinámica de
cualquier mano que llegue en un curso de acción que puedas controlar.
Step 5: Ejecuta
Los primeros cuatro pasos no significan absolutamente nada si no los pones en práctica. Para aquellos que están pensando: “¿Debería
hacer esto en cada mano que juego? ¿No es una locura?” La respuesta sería Sí y No. Los jugadores que empujan a sí mismos a hacer un
esfuerzo descubren muchas veces una habilidad que nunca habían imaginado que tenían.
A veces llegarás a la conclusión equivocada, y puedes esperar arruinarte de vez en cuando. Habrá momentos en que tu mandíbula quede por
el suelo después de que un oponente muestre cartas que nunca habías considerado ni siquiera remotamente. Pero la habilidad para el poker
es algo que crece a largo plazo y con perseverancia, no hay resultados a corto plazo. En general las equivocaciones te llevarán a una
mejora, y las mejoras te llevarán a ganancias. Prepárate, aplícate y haz un esfuerzo... comenzarás a ganar pozos que los sonámbulos
solamente sueñan con lo básico del poker Texas Hold'em. |
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